lunes, 13 de abril de 2015

11:36 de un lunes que sabe a domingo


"Sin ninguna fe ya en los milagros, 
O todavía." 
Escandar Algeet
Un día dijo de quedarse y no me atreví a decir que no,
y ahora que creo que ya no sé soñar si no es con él
ha descubierto sus alas y sueña con vuelos lejos de mi cielo
planeando sobre orillas y mares que ya no soy yo.

El café sigue sin hacerse y sigo sin desayunar.
Comer cualquier cosa ya no tiene la misma gracia.
Vomitar la tristeza me está costando más de lo que creía,
con lo fácil que fue deshacerse de toda la mierda cuando éramos dos.

Nunca pedí contrato ni explicaciones, porque no quería saber nada
no quería confirmaciones de una respuesta que ahora sé que no me gustaba.
Y con la misma libertad que vino, se fue.

Y nadie pudo decir ni hacer nada al respecto.
Esa libertad que enarbolamos en banderas progresistas
hoy nos deja el corazón vacío y la nevera llena de reproches
que ya nadie calienta para cenar. Tendré que ocuparme de ellos.

Quizá cuando la escarcha se vaya y las ventanas dejen entrar la luz
y vuelva a respirar sin ayuda.
Y admita y asuma que no soy lo que digo y que hago lo que hago
por miedo a no ser suficiente con lo que soy.

Quizá entonces me mire al espejo y descubra que tras estas ojeras
siguen estando los ojos que un día miraban el mundo con ilusión
y con la inocencia que tienes cuando crees que en añicos sólo se rompen
las cosas de cristal. Y descubres que no.

Se están yendo las nubes y parece que ya se ve algo del azul del cielo,
quizás la calma vuelva tras la tempestad silenciosa que me arrastraba,
más abajo cada vez.

Han llamado a la puerta.
No es ÉL.
Todavía.
N*

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