Gasto folios en blanco con intención de encontrar las palabras adecuadas para decirte aquello que callo por falta de oportunidades de hablar. Siento que los kilómetros son muchos cuando los centímetros se acortan y no hay forma de alejar imanes, ni juntar polos opuestos. Y no hago sino echar de menos cuando a falta de sentimientos sólo había juegos. Luces y juego. Monedas al aire donde poco importa que salga cara o cruz. Siempre ganábamos, siempre de aquella. Día y noche, lo mismo da sol que luna, al final brillaba más la oscuridad que el día más soleado. Y todo esto no encuentro la forma de decirlo, después de tantos meses de silencio, de explicarte que hace tiempo que pienso que quizá no vuelva a pasar. Nunca más. Nunca como fue.
Y siempre me queda esa duda de saber si has vuelto a ver las estrellas caer sobre la tierra mientras aquí abajo bebes cerveza y sientes que todo está bien, si alguna vez has vuelto a pedir un deseo a la fuente justo después de que se te haya sido concedido porque sientes que estas en deuda con el destino, o si sigues mintiendo todas las mañanas frente al espejo con la esperanza de que todo ello, mañana sea verdad.
Si sigues queriendo de esa forma tan tuya.
N*
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