lunes, 28 de julio de 2014

"Al lugar donde has sido feliz..."

Gasto folios en blanco con intención de encontrar las palabras adecuadas para decirte aquello que callo por falta de oportunidades de hablar. Siento que los kilómetros son muchos cuando los centímetros se acortan y no hay forma de alejar imanes, ni juntar polos opuestos. Y no hago sino echar de menos cuando a falta de sentimientos sólo había juegos. Luces y juego. Monedas al aire donde poco importa que salga cara o cruz. Siempre ganábamos, siempre de aquella. Día y noche, lo mismo da sol que luna, al final brillaba más la oscuridad que el día más soleado. Y todo esto no encuentro la forma de decirlo, después de tantos meses de silencio, de explicarte que hace tiempo que pienso que quizá no vuelva a pasar. Nunca más. Nunca como fue.

Y siempre me queda esa duda de saber si has vuelto a ver las estrellas caer sobre la tierra mientras aquí abajo bebes cerveza y sientes que todo está bien, si alguna vez has vuelto a pedir un deseo a la fuente justo después de que se te haya sido concedido porque sientes que estas en deuda con el destino, o si sigues mintiendo todas las mañanas frente al espejo con la esperanza de que todo ello, mañana sea verdad.

Si sigues queriendo de esa forma tan tuya.

N*

jueves, 24 de julio de 2014

7 de abril

Vivir como obligación. Ver pasar los días sin ninguna otra motivación. Sigue saliendo el sol por el este y sigue brillando la luna en las noches despejadas. A veces.

Caminar sin camino, y sin hacer uno al andar. Ir por no quedar y estar por no irse. Ausentes. Aquí pero allí. Sola entre tanta gente. No hay sonrisas de buenos días, ya no quedan buenos días. Ni la esperanza queda para dar un empujón a estos 365 que hay por delante.

Primer año sin ti. Primer lunes de verano sin reloj, primer domingo que no tengo que dormir. Sin ti. A 700 kilómetros de aquí la vida tiene que ser mejor. Cualquiera de ellos tiene la oportunidad de cruzarse contigo en cualquier esquina, en cualquier plaza, en el metro, en tu cama, en su vida. Y que suerte la suya.

Aquí el tiempo se ha congelado, los segundos pasan, claro que sí, pero el tiempo no. Sigue siendo 7 de abril, siguen siendo las 3 de la tarde y sigue alejándose el tren. Sigo en la estación. Sigue lloviendo. Sigo llorando.

Sigo sintiéndome culpable de todo sabiendo que nunca nada dependió de mí. Sigue doliendo porque aprendí que hay dolores para los que no hay cura, ni siquiera tratamientos paliativos. No hay morfina para apagar esto. Y ya no sirve de nada dormir.

N*

jueves, 17 de julio de 2014

...y espero.



Siempre tuve miedo, incluso en estos tiempos en los que me las doy de valiente. Sigue habiendo preguntas que me muero por hacer con respuestas que no quiero oír, pero la duda crece cada día, como crecieron las demás cosas, rápido, fuertes, agarrándose a nosotros, echando raíces en suelos de asfalto.

Dudo porque no hay nada claro, porque nunca sé que va a pasar en el siguiente movimiento, no sé si eres un experto en ajedrez con una estrategia bien estudiada o simplemente un kamikaze que no se para a pensar en las acciones ni en las reacciones que conllevan. Y no sé qué prefiero, la verdad.

No pregunto porque tengo miedo que la respuesta revele cosas que no quiero ver, que quizá están claras desde el primer día, que mi ceguera impide ver. No lo sé.

Me quedo con la incertidumbre porque eso me permite seguir soñando despierta, seguir volando a paraísos perdidos como aquellos que planeamos invadir las noches en que dormíamos poco y reíamos mucho. Nos siguen esperando. Seguimos esperándote.

Intuyo en lugar de confirmar porque siempre tuve el don de ver y acertar, pero contigo no funciona, o quizá es conmigo con quien pierdo la claridad, puede ser, nunca pude predecir en qué piedra volvería a caer, ni en qué noche lloraría hasta quedar dormida.

Espero porque dicen que lo bueno se hace esperar y que lo mejor aún está por llegar. Espero por si vienes tú. Sonriendo, protestando, hablando sin parar, escuchándome sin perder la paciencia, mirándome como sólo tú haces. Por si vienes.

Dudo, no pregunto, me quedo con la incertidumbre, intuyo y espero.

N*

miércoles, 16 de julio de 2014

Ludopatía



Volvemos a las andadas
con más ganas que sentido, 
volvemos a jugar a saltarnos límites
y vuelvo a no entender nada.

Sin embargo me pregunto, ¿hasta cuándo
duraría el juego si yo no jugara?
Tampoco estoy segura de saber salir 
por mi propio pie de aquí.

Ludopatía.
Veo las luces y pienso, “una moneda más”.

Prometo no echar las culpas a nadie
cuando me toque joderme una vez más.
Ya me prometí ser más inteligente la otra vez,
y ya viste.
Ni por asomo.

Dicen que las cuerdas atan
pero esta puta locura también ata, 
a una cama con camisa de fuerza, 
concretamente
y a nuevos propósitos.
Que nunca cumpliremos (cumpliré).

Ponemos puntos y seguidos
porque los puntos y finales
ni nos gustan,
ni los respetamos.

N*

martes, 15 de julio de 2014

Despedirse

Despedirse es como quitar una tirita, mucho mejor del tirón y sin pensar. Hay "adioses" que son para siempre, que no llevan implícito un "hasta siempre" o "hasta ". Y seguimos sin estar preparados para el "siempre", así como el "nunca", que al final son lo mismo.
 
Alargar sufrimientos es como recrearse en las agonías. Absurdo e innecesario. Pero nos tienta esa parte de nosotros. Mucho. Y seguimos con los dedos enganchados a pieles que no tocaremos más. Que ojalá no volvamos a tocar. Pero no apartamos la mirada y más para ver lo que no es, lo que no hay, lo que no se queda.
 
Manejamos palabras y sentimientos a nuestro antojo. Mentira. Pero queremos creerlo. Es ese "no" que parece "sí", que podría ser un "quizás", que implica un "no sé". Y sumamos jeroglíficos imposibles de resolver a la matriz. Números y símbolos incomprensibles, al menos para mi.
 
¿Entiendes tú algo? Dime que no, que estás tan perdido como yo, que lo haces por amor a la piedra, por esa gana de abrir heridas, ese dedo en la llaga, ese gusto por las catástrofes. Por morbo.
 
Decimos adios con demasiada facilidad. 5 letras, fácil pronunciación, pero una vez que lo has dicho, ¿realmente te has ido?

N*

domingo, 6 de julio de 2014

Confieso

Tengo los pies en la tierra, fijados a ella. A veces incluso las manos también. No me permito perder el norte de la misma forma que nunca dejo de mirar el sur.

Juego con ventaja cuando se trata de ti, te tengo estudiado hasta el punto de conocer cada lunar desde tu boca hasta el dedo gordo del pie y no me importaría repasar la lección. 
Una vez más.

Sigo apostando a imposibles, porque ganar nunca fue lo mío, entre derrotas y fracasos estoy más cómoda, más familiar, más yo. Y a menudo boicoteo las oportunidades que da la vida, esas que no pides, que llegan sin pensar.

Y ya nunca sé sí es odio o amor de mas.

N*