Lleno los bolsillos de piedras
pero es que tengo pánico a echar a volar
a perder el contacto con la tierra,
a la levedad de mis pies.
Pánico a dejar de ser quien soy
y pasar a no ser si no es contigo.
A perder esa parte de mí que me gusta
aunque sea la única.
Pero que es mía. Y me gusta.
Miedo a que las palabras anulen las fuerzas de la gravedad
y el golpe de después sea ya insalvable,
incurable,
inaceptable,
irrecuperable.
Miedo porque sé que no soy
y no estoy
cuando dejo de ser y estar.
Y no confío en mis pies
cuando han perdido el rumbo,
ni quiero hacerme cargo
de las consecuencias de mis actos.
No quiero verme cargar con esa responsabilidad
pagar los platos rotos por mí
cuando no soy yo. No es justo.
Declararé bipolaridad aguda,
desconocimiento de los hechos,
aseguraré ser esa mano derecha
que desconoce que hace la izquierda.
Me declaro inocente,
engañada, utilizada,
soy un chivo expiatorio
de mi misma, incapaz
de decirme que no a nada,
de ponerme límites a mis tonterías.
Me declaro inocente de aquello que se me acusa,
inocente de aquello que pude llegar a hacer,
a decir,
a pensar,
a desear.
N*