domingo, 31 de agosto de 2014

Septiembre

Va a volver septiembre y seguimos en el mismo punto que en enero. O peor incluso. Va a volver el otoño y yo aún no he tenido verano, me he quedado saliendo del invierno en busca de primavera. Hemos hecho demasiados kilómetros, hemos visto muchas veces salir el sol y muchas lunas, ha llovido hasta inundar(nos), pero no hemos llegado a secar del todo. Vamos con la humedad a cuestas, metida en las entrañas. Enfriando el más caluroso de los paraísos, empañando hasta la más feliz Navidad. Jodiéndolo todo. Hasta lo que pudo haber sido bueno. Nunca lo sabremos.

No hablaré de aquello a lo que hemos renunciado porque me da tanto vértigo que no creo poder mantenerme en pie. Las oportunidades perdidas, espinas en la piel, pinchan y sangran. Y nadie tiene tiritas.

Me sigue sabiendo la boca a sal de todas y cada una de las veces que me ahogué en el mar. Sigo sintiendo arcadas cada vez que intuyo que se acerca otro precipicio, pero sigo sin saber dar marcha atrás, cambiar el rumbo o simplemente parar. Quieta. Por una vez.

Va a volver septiembre y preveo un otoño de lluvia aquí dentro, de silencios camuflados en millones de palabras, de falsas verdades por no mostrar auténticas debilidades. De miedos. Viene un otoño de miedos que acabará por desembocar en un invierno que amenaza con la más absoluta de las nadas.

N*

miércoles, 27 de agosto de 2014

No vaya a ser...

No vaya a ser que mañana sea tarde
y el ayer sólo un recuerdo intangible,
lejano y por supuesto, 
inalterable.

No vaya a ser que te arrepientas
de cada negativa, 
de cada momento no aprovechado, 
de cada oportunidad perdida.

Piensa que no es nada constante
excepto el cambio
y al ritmo que cambiamos
podría llegar a ser de noche en pleno día,
secarse cada uno de los canales de Venecia
e incluso, podría llegar el momento
en que dejara de esperarte.

Podría no estar cuando decidas venir
con alguna excusa sobre la claridad de sentimientos, 
sobre el valor de afrontarlos
ocultando patrones de comportamiento
ya vistos.
Tan vistos.

Tal vez lo que más miedo me da
sea la sensación de poder perder, 
que si te puedo yo perder, 
aquí ya no gana nadie.

N*

miércoles, 20 de agosto de 2014

Fuego

No sé qué es lo que más me gusta de jugar con el fuego, creo que la posibilidad de quemarme y que al menos esta vez sea por mi culpa, que sea yo la responsable, que no tenga a quien culpar de ello.

Y sigo sumando estupideces una tras otra, pero no me arrepiento, por cada una de ellas, he sonreído al menos un par de veces. Compensa.

En el fondo sabemos que somos lo que somos por aquello que anhelamos, hacemos y pensamos. Soñar ya es un mundo aparte. Sobre todo el mío, que sueño más despierta que dormida. Y despierta doy pasos firmes en arenas movedizas sin perder el equilibrio. Quién me lo iba a decir, a mí, que me caía en tierra firme con los dos pies en el suelo.

No me reconozco cuando miro el espejo y alguna de aquellas fotos antiguas, no tengo el mismo brillo en los ojos, ni el mismo miedo, ya no tengo aquel miedo a todo y a nada. Ya no. Aún me faltan un par de pasos para llegar a kamikaze, pero lo estoy haciendo bien. Y ya no sé si es que no duele o que pienso paliar los sufrimientos a base de besos, cervezas y playas desiertas.

N*